No quedaba nada más, sólo ella al borde del abismo.
Se preguntó si había merecido la pena.
¿Si había merecido la pena? Qué tontería, claro que si.
Volvió a mirar hacia abajo. Los ojos de la oscuridad la llamaban y sin más demora se precipitó a su abrazo.
Sabía que sería agradable. Ya no le quedaba más por hacer.
Todo estaría bien.
Si miras fijamente al abismo... el abismo te devuelve la mirada (Watchmen)
ResponderEliminar